Está redacción fue escrita por mi tío abuelo Francisco D'Andrea , creo que esto de escribir, se lleva en los genes, jaja.
" No se que extraño motivo hay en mi vida, por el cual vuelvo en el tiempo y la distancia, a los días de mi infancia, creo haber gozado más en aquellos tiempos, que en mi vida presente; que ironía, antes que nada comprendía era más felíz que ahora que todo lo comprendo, quizás porque antes estaba escudado en la límpida pureza de mi infancia, que fue rota por los innegables derechos de la Naturaleza.
Brotó en mi el adolescente, y en un período que creí demasiado rápido, encontré frente a un espejo, la imagen de un hombre.
Desde entonces comenzó la lucha por alcanzar las bases tras cual todos corren: amor, dinero, de la dos, la que más deseo es la del amor, que creo es la palanca que nos impulsa a conquistar la otra ambición. Quizás yo hable así porque no concibo la vida de otra manera no la concibo sin el amor profundo de Dios, a nuestros semejantes, sin el recuerdo emocionado hacia nuestros antepasados, sin el amor a nuestras tradiciones, o sin el natural amor a la tierra, al sol.
Y quiero citar al final, el amor, el gran amor, el que puede encauzar o desviar nuestro destino, el que puede hacernos rey o mendigo; el amor de una mujer, de unos sentimientos suaves y ardientes a la vez, que en los momentos en que la vida golpee con fuerza en el yunque de nuestras espaldas, sean su voz, sus caricias, la ternura de sus ojos, la fuente donde abrevemos nuestras desesperanzas, y tras la tregua vivificadora volver con ansias renovadas a la lucha cotidiana.
Es el amor, el que nos hará fuerte en este mundo, que yo concibo bueno, y lamentablemente no lo es, solo no podría luchar caería muy pronto en el camino, es el hombre que ayer niño amparase en el regazo de la madre y hoy hombre busca el del amor."
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