Me di cuenta
que hoy era Sábado,
uno como cualquier otro.
Uno en el que la gente sale,
se divierte, la pasa bien
con gente a su alrededor.
No es mi caso,
prefiero la comodidad
de mi cama
a la pista de baile de un boliche.
Prefiero mis libros
de historias de amor verdadero,
de caballeros, pero no de brillante armadura,
de hombres comunes,
antes que una charla y algo más
con alguien que seguramente
nunca volveré a ver.
Prefiero escuchar mis pensamientos,
mis miedos y dudas.
No es que no me caigan bien las personas
sino que creo que a ellos no les caigo bien.
Prefiero despertarme un domingo al mediodía,
no irme a dormir a esa hora.
Prefiero estar despierta
que vivir soñando.
Quiero vencer mis miedos y ahogar mis angustias,
no estar en un sueño eterno.
Quiero vivir,
amar, sentir,
ser feliz
pero no sola
con alguien más,
que prefiera arriesgarse sin saber si va a ganar
y no solo soñar con una victoria empañada de engaños.
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